jueves, 3 de septiembre de 2009

"Interludio" Penúltima parte.



*
El tranvía que pasa por la plaza 2 de Mayo pasa repleto de gente. En la plaza ellos bajan y se dirigen por todas las salidas de la plaza. Una de esas salidas es la avenida Alfonso Ugarte, que termina en la plaza Bolognesi, héroe de aire quijotesco quien enseña su bandera en alto, como queriéndosela mostrar a Grau que esta a pocas cuadras de él, como diciéndole “Después de todo no perdimos la guerra, acá esta la bandera, me la entregó en el cielo una soldado llamado Alfonso Ugarte”, pero él no lo mira, mira hacia el Palacio de justicia ¿Indignado? ¿Curioso? El secreto solo lo tiene esa estatua. Como hormigas avanza la gente y una danza extraña se ve desde el cielo. Los pocos automóviles que hay en la ciudad acompañan la danza alrededor del héroe, el día es claro igual que sus ojos. El sol se esconde entre las nubes como queriendo evitar ver Lima. Lily aun no sale a barrer su casa. Malvas se ve tan vacía sin ella, tan triste, sin vida, sin ese perfume que sale sus poros que aromatizan el pasaje.
Sé que hoy es el cumpleaños de Martin, y por alguna extraña razón Alberto no viene a visitarme, no viene desde hace 2 semanas, quizá lo hayan dejado consignado en el colegio y no pueda salir. Necesito conversar con él.
-Te buscan –grita mi madre
Bajo sigilosamente las escaleras y por la ventana miro quien es. Es Martin.
-Hola hermano.
-Hola.
-Necesito que me hagas un favor.
-No puedo ¿Necesitas algo mas?
-¿Te pasa algo?
-No. Disculpa pero me tengo que ir.
Se cerró la puerta. “O más bien la cerré yo”
*
-¿Lily cuál es el lugar mas insólito donde alguien se te declaro?
-Mi casa.
-¿Sabes? Me gustaría invitarte a salir.
-Claro, pero a donde me llevarías?
-Al cine, hay película que sé que te va a gustar.
Había algo en Lily que me volvía loco, tal vez era su acento argentino, esos “ches” y “vos” que volaban por el aire.
-El cine es la mejor opción –le dije- luego podríamos salir a comer unos helados.
-Bueno. Está bien, te acepto porque sé que eres diferente a los demás chicos de acá. Tú eres más serio, más tranquilo, por eso me llevo mejor contigo.
-Talvez, o talvez no sea lo que crees.
La salida con ella fue espectacular a pesar de que no logre nada con ella, me seguía impresionando su manera de mirarme, de tratarme, de hacerme sentir que tenía esperanzas con ella que algún día e daría el si y viviríamos felices.
*
Un día Alberto llego pálido a mi casa, no había venido a visitarme como hace dos meses, al parecer recién había salido del colegio pues venia del tranvía de La punta, que lo deja en 2 de Mayo. Tenía aun el uniforme de salida.
-Necesito que me acompañes a la casa de Teresa – me dijo al tiempo que abrí la puerta.
-Pero que a pasado.
-El Esclavo a muerto.
Recuerdo que Alberto me contaba de un chico que estudiaba con él en el colegio militar, todos lo batían, y lo humillaban, por eso lo llamaban el Esclavo, era un sonso según me decía Alberto, pero yo nunca lo conocí.
-Que dices?
-En el camino te cuento. Ahora apúrate.
-Está bien.
Alberto me contó que no lo dejaron salir del colegio, pues descubrieron el robo de un examen y consignaron a todos hasta que se descubra el culpable. Me contó que el Esclavo estaba enamorado de Teresa, y ahora Alberto lo estaba, en la desesperación de salir el Esclavo delato al Jaguar, y Alberto cree que el Jaguar mató al Esclavo.
-Tengo que hablar con Teresa y contarle todo, la culpa me sigue, yo tengo la culpa, no le quise escribir cartas para Teresa pues yo estoy enamorado de ella.
-Tranquilo Alberto, tú no tienes la culpa.
-Ahora espérame acá mientas voy donde Teresa
 

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