miércoles, 6 de abril de 2011

"Mi pasado regresa"

Hace más de un año que estoy solo, solo en sentido de no haber entablado ninguna relación “formal” con alguna mujer. Eso no me produce ansiedad, eso se puede calmar, pero hay cosas que no se pueden comprar los besos apasionados, los abrazos fuertes. A qué viene todo eso, es que acaso una repentina soledad me ataco, e hirió algo profundo en mi. Quizá. En mi nada es seguro, nunca estoy seguro de algo que digo.

Una buena opción sería pagar por sexo. Ahora. ¿Lo haría? Eso lo dejo en mi conciencia y en la de aquellos que siguen mi blog, pero no es una solución a corto plazo, no me siento viejo, tengo 22 años, no me siento solo, tengo amigos que me quieren, eso creo; Tengo mi banda que me hace falta? Una mujer. Estás loco, a estas altura de mi vida no quiero saber nada de mujeres, solo me han traído desgracia y mas desgracias, como la aparición de fantasmas (Rebeca, Sandra, Leticia), y alguien más. Mi pasado me persigue y tan solo quiero vivir el presente.


Leticia debo reconocer que te amo, y tu también me amas, pero como tú dices, y seré sincero, por todos los medios (Mi blog, mi Msn, etc…) Quizá por eso nos separamos, fuimos demasiado perfectos, fuimos el uno para el otro, nos extrañamos, pero el día que dejes de pensar de esa manera podremos conversar tranquilos, sin sobresaltos.


Esta fue la manera más sutil de decirte que me haces falta, que cada vez que entras en línea no logro evitar conversar contigo, pero me siento confundido, me siento que puedo tener todo, pero veo a mi alrededor y no tengo nada, y a nadie. Estoy solo.


Tan solo te digo algo, seguiré dedicándote todo lo que haga, todo lo que escriba, hasta que el último aliento abandone mi cuerpo.

sábado, 2 de abril de 2011

"Un extraño en la familia"



Debido a muchos eventos que sucedieron en mi familia me vi obligado a comer en la calle. Estaba en casa todos los días, y no me hablaba con mi madre, era una situación muy tensa, como si en la familia se hubiera desatado la guerra fría, como si alguno de los contendores esperara el primer ataque para morder.


Todos los días me levantaba tarde, y mi madre que solía gritarme para que me levantara, ahora ya no lo hacía. ¿Era bueno eso? Estaba dejando que hiciera lo que yo quería, cosa que pocas o mejor dicho nunca hace. Salía sin avisar, esperaba la noche para ir con mi “viejo” a comer. Obligatoriamente tuvimos que compartir más tiempo del que compartíamos, y es que a decir verdad, cuando era niño quería mas a mi padre que a mi madre, compartíamos más tiempo juntos, pero fui creciendo y fui dejando la casa, conociendo gente, con la cual hasta ahora no me hablo, y es que en mi vida suceden tantas cosas que al final termino cambiando de amigos, como sucedió cuando era niño, como sucedió cuando estaba en el colegio, y quizá suceda ahora. La gente camba.


La rutina de todas las noches era, esperar a mi viejo llegue, esperar a que termine el bloque deportivo en el noticiero -no suelo acompañarlo en ese momento, pues siempre salimos peleando-, mientras yo escuchaba música en mi cuarto o leía algún libro que a mi padre no le gustara. Luego venia peinándose y me decía.


-Ya?


-Vamos – le respondía.


El menú de todas las noches se había vuelto el mismo, chifa y caldo, y aunque no me hostigaba, veíamos eso como un momento para conversar, para compartir ideas, políticas, religiosas, musicales, o para que me pregunte que hice durante el día. Siempre me preguntaba que quería comer, y bueno yo siempre le decía “lo que quieras”.


La conversación en ciertos momentos se volvía, nostálgica, me hacia recordar las cosas que hacíamos cuando era niño, como llevarme al hipódromo todos los fines de semana, o cuando me sacaba conejos de los dedos de los pies –no creo que quiera hacerlo ahora-, cosa que detestaba, pero a pesar de eso ponía una cara feliz con tal de complacerlo, cosas que quizá ahora no podamos hacer, por tiempo, por ideas, porque mi padre va a votar por Keiko y yo por PPK, cosas como esas nos separan, pero sé que en algún momento nos “iremos” y extrañare las cosa que me gustaba que hiciera cuando era niño, y ahora no me gustan, pero que cuando tú no estés extrañare.


Sorry por olvidarme tu cumple, sabes que no me acuerdo las fechas con facilidad, porque sabes que no soy bueno con las fechas y con los números en general, y también disculpas por no ser el profesor de matemáticas que siempre quisiste que fuera, pero sabes, algo bueno hemos sacado de esto: El tiempo. El tiempo que compartimos juntos nadie nos lo quitara, por más viejo que estés, o desmemoriado que sea yo.

 

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