jueves, 26 de noviembre de 2009

"Los amigos no se hablan en francés 2"


Nunca me considere un persona atractiva, y tal vez para poder dejar esto claro me describiré. Soy, no muy alto 1.72, cabello medio lago y alborotado, casi poseído, flaco narizón, con un par de dientes montados y de nariz torcida.
Bueno eso fue un pequeño intro a lo que vendría a ser la semana de Sandra, pues ella no paro de llamarme hasta en la academia, podría decir que se había obsesionado conmigo. Me llamaba cuando estaba con Leticia, y gracias dios por haberme dado a una mujer hermosa y sobre todo comprensiva –porque sé que muchos dirán que mas bien es ingenua- a la cual le decía que Sandra era un amiga mía y es la verdad solo es una amiga. Hasta que no pude mas y se lo dije.
-Leti tengo que decirte algo.
-Que pasa flaquito.
-Es sobre Sandra. Te negué, le dije que no tenia enamorada.
-Como pudiste.
-Leti mira…
Y ahí empezó el drama tuve que tratar de convencerla de que Sandra no me gustaba, y así empecé a hablar sobre todo lo que hacíamos en el colegio, y le dije que la ultima vez que la vi fue en la fiesta de promoción, cosa que por cierto era verdad. Y gracias dios por darme a la mujer más bella y comprensiva nuevamente. Leticia comprendió que la única mujer a quien amaba era a ella. Pero aun hay fantasmas del pasado que me persiguen, y eso lo contare luego.
-Te amo mi caderoncita.
-Mas te vale flaco.
Y es que ella es así me encanta que me amenace y me diga “Mas te vale”. Y Sandra siguió llamando, le contestaba cuando estaba solo, pero nunca cuando estaba con Leticia, llegue al extremo de poner mi celular en silencio por que el vibrador llegó a ser incomodo, bullero cuando estaba en el salón con ella. Así también poco a poco Sandra se olvido de su propuesta conmigo y me empezó a hablar de todo lo que había hecho con su ex en la cama, y que ella es así, no hay llamada en la cual no hable de sexo.
-Sabes Sandra hay algo que no te dije sobre mí, y que ya no me preguntas.
-Qué?
-Que si entre tú y yo podía pasar algo.
-Tengo enamorada.
-Lo sabía, eres un pendejo.
-Caray no me hables así.
-Sí, te lo digo porque lo eres.
Hasta que un día como todos los fantasmas desapareció, dejo de llamarme y hasta Leticia me pregunto si me había acostado en ella, pues ya no me llamaba.
-Como crees mi vida, la verdad no se por qué no me llama y la verdad no quiero saberlo.
Sandra apareció como un fantasma en mi vida, en mi vida feliz con Leticia, pero hay algo que me dejo pensando Sandra y es ¿Qué será de la vida de Rebeca?

viernes, 20 de noviembre de 2009

"Los amigos no se hablan en francés"


Es de madrugada y tengo el mp3 encendido escuchando algo de música –no duermo si no escucho música- y mi celular empieza a vibrar –si, lo tengo prendido de madrugada solo que en vibrador ¿Mi número? 997306126, cualquier insulto o desfogue emocional- miro el nombre y es Sandra, la chica loca que alguna vez quiso acostarse conmigo por el simple hecho de que me parecía a su enamorado. Me llamaba para decirme que se había acordado de mí últimamente. La última vez que la vi fue en la fiesta de promoción hace un año si no me equivoco. Recuerdo que llevaba un vestido negro largo y el cabello suelto, a mi parecer se la veía muy guapa, a todas las chicas de la fiesta se las veía guapas, fuera de los uniformes y de todo tipo de atuendo escolar que ocultara sus bellezas.
Me llamaba diciéndome que si podía hablar con ella.
-Pero Sandra ves la hora que es?
-Para mi es temprano.
-Y qué milagro es ese de llamarme a esta hora?
-Te incomoda?
- No pero que querías decirme?
-Nada.
-Bueno, tengo que dormir mañana tengo ir a estudiar.
-Pero…
-Dime ¡Caray! Los amigos no se hablan en francés, no creo que sea de otro idioma lo que me tienes que decir?
-Quiero hacerlo contigo.
-Y es necesario que lo digas tan descaradamente.
Me levanto de mi cama, descalzo y a tientas me dirigí a la puerta para salir a conversar mejor con ella. El aire helado de la madrugada calaba mis huesos que a simple vista se asoman por mi cuerpo, subo al segundo piso y converso mejor con ella.
-Ahora dime, que pasa
Me conto la larga historia sobre como termino con su enamorado, y me decía que no lo quería volver a ver, que habían terminado muy mal, y que ahora quería dedicarse a otra persona, por ejemplo: Yo. Su noticia me tomo frio, asi como me toman cada una de sus noticias.
-Caray, no me has visto desde hace mucho tiempo, quizá no te guste como sea ahora, quizá no te guste que lleve el cabello largo como lo tengo ahora.
-Me siento sola, por que mejor no nos vemos el domingo.
-No puedo tengo que salir.
Primer problema, como explicarle a alguien como Sandra que estaba con alguien, que amaba a otra persona y que no podía serle infiel, porque esa persona a quién amo me da lo suficiente como para no ir a buscarlo a otro lado.
-No puedo, por que tengo que ir a la casa de Julio –primera mentira.
-Mira yo no quiero solo acostarme contigo, sabes pensaras que soy una cualquiera que solo busca placer, que solo quiere usarte, pero no. Quiero estar contigo.
La cosa se pone grave, nunca fui bueno desilusionando a la gente ¿Qué hago?
-Estas con alguien –me dice-, es eso no?
-No.
Segunda mentira, negué a Leticia, mi conciencia no me lo va a perdonar, como pude negarla. El frio ahora se hace mas intenso, los carros hace horas han dejado de pasar.
-Sabes Sandra mejor llámame mañana, ahora tengo que dormir, mañana tengo que ir a estudiar, y sabes a mi no me gusta llegar tarde. Tercera mentira, soy tardón.
-No puedo, necesito que me des la respuesta ahora.
-Mejor te la doy el domingo que salimos Ok?
-Entonces saldremos el domingo?
-Si.
Y ahora como hago quede son Leticia salir el domingo. Ya sé el sábado en la noche llamo a Sandra y la cancelo, no puedo dejar que una llamada arruina mi vida con Leticia la amo y no quiero perderla.
Esta historia continuara...

domingo, 15 de noviembre de 2009

"Los lunares en Tierra y yo, en la Luna"


Entro al aula y la veo de espaldas, de cara a la pared, no se percata que he llegado tarde como todos los días. Su cabello castaño me seduce, me invita a tocarlo a…
-Puede pasar.
-Gracias.
Como todos los días le toco el hombro ella se para como si no me conociera, me acomodo y me siento, la rutina de todos los días es así y francamente no quiero cambiarla. La profesora da la espalda a los alumnos. La beso en la mejilla.
-Disculpa la tardanza.
Tengo muchos defectos, pero ella en mi solo ha visto uno, y por más que le he preguntados cuantos tengo, ella con su voz suave me dice:
-Hay algo en ti creo que nunca va a cambiar, y es que eres tardón. ¿No puedes llegar temprano así sea por mi?
Ella mira su cuaderno y escribe, coloca su bolso blanco –también puede ser negro, todo depende de cómo venga vestida- a mi lado, como un abismo que nos separa y aunque no nos dirigimos la palabra al mismo rato no evito mirarla, contemplarla, tratar de contar cada unos de sus lunares, los miro, pero hay uno en especial que me agrada, uno que lleva en su pecho, centímetros arriba de su busto. Lo miro y me pongo en su lugar, como si yo, el lunar, estuviera perdido en el campo de su pecho admirado por tanta belleza, tan embobado que no sabría a donde ir, teniendo como único consuelo quedarme ahí, y contemplar todo a la vez.
-No seas descarado y deja de mirarme, el profesor te puede ver.
Salgo del sueño, para entrar de nuevo, para ponerme en el lugar del lunar que lleva en el cuello, aquel que me gusta besar sin ningún tipo de atrevimiento, sin una sola gota de morbo, solo para rendirle culto a aquel sobreviviente de tal cruenta batalla que son mis labios, mis ganas de morderlo y arrancarlo como trofeo de guerra.
-A ver alumno, usted el de lentes, dígame que valores puede tomar “X” en la siguiente ecuación?
-No sé?
El sueño se interrumpe, y mi vista se fija en su rostro sus ojos fijos miran atentamente la pizarra, la clase de Razonamiento matematico para ella nunca se interrumpe, ni mi mirada penetrante, descarada. Sin importarme nada miro sus parpados, sus ojos claros y el lunar que como una segunda pupila se enmarca bajos sus ojos, es el mas curioso de tos los que lleva en el cuerpo y a pesar de que a ella no le gusta me encanta saber que ese lunar me mira, fantasear que lo beso, que beso cada uno de ellos, sin saltearme ninguno…
-¿No piensas copiar?
-Sabes que los números no me gustan, solo escuchare la clase, además mi cuaderno tiene alergia a cursos como estos.
La verdad nunca creí en Dios o algún ser supremo superior a mortales como nosotros, pero últimamente siento que hay algo mas allá de esa belleza que ella posee, una belleza suprema, sobrenatural, algo diabólica. La miro y me es indiferente ¿Sabe que la amo? Tal vez, si se lo he dicho varias veces. Me encanta caminar con ella, abrazarla y trastabillar al ritmo de sus caderas, besarla y sentir sus labios rozando los míos.
Cierro los ojos e imagino aquel lunar que alguna vez me dijo que tenía en su muslo izquierdo. Uno travieso, escondido de toda vista humana, admirable solo a sus ojos, y es que aquel lunar nadie lo ha visto, solo ella, cuando se desnuda, cuando se ducha y cuando el agua recorre su torneado cuerpo.
Así pasan las horas, esperando la salida, y dejando reprimida esa locura que llevo dentro, y que solo sale a flote cuando la tomo entre mis brazos y la beso.
-Nos vemos mañana, cuídate y no olvides que te amo, mi caderoncita.
- Y tú no te olvides llegar temprano mañana flaquito.

martes, 10 de noviembre de 2009

"Tan solo estiró la mano"


“Señores pasajeros, damas y caballeros, disculpe que interrumpa tu lindo viaje pero he venido a cantarles una linda canción, luego pasaré por sus asientos y les ofreceré estos ricos turrones de maní con wafer de vainilla. Porque saben, mi madre esta enferma y tengo que trabajar, mi padre esta en un penal acusado de un crimen que no cometió, mi hermana embarazada y mi hermano en el Centro Victoria. No vengo a pedir limosna, vengo a trabajar porque en las mañanas estudio, y en las noches veo a mi madre en el hospital. Por eso estudiante madre de familia, colabórame”
Si alguna vez has subido a un carro sin escuchar alguno de estos testimonios, es por que quizá no has vivido en el Perú, en el Perú de verdad, en el cual encuentras niños limpiando los parabrisas de algún carro, u ofreciendo algún “producto golosinario”. Niños tocando algún charango, o ex presos del algún penal saturado. La calle es demasiado pequeña para albergar tantos corazones sin paz.
No quiero echarle la culpa al gobierno porque sé que no tiene la culpa, de eso me he dado cuenta todos los días que subo a un carro para ir a estudiar, y alguna voz aguda interrumpe mi lectura, y es que debo reconocer que al principio los miro con odio, pero eso solo es de gente insensible que les da el perfil a la hora en que ellos te ofrecen algo, o estiran la mano para que les des un poco de esperanza. Ahí aprendí que la vida es dura, mirando sus ojos vidriosos, sus dientes que lo único que lo único que han mordido durante todo el día han sido sus uñas, de preocupación si, porque no saben si este día llevaran menos que ayer, o porque sus espaldas serán castigadas con odio de sus padres.
La calle es dura ¿Más dura que el pan que muerden ellos todos los días? Tal vez. Yo nunca los mire como los miro hoy a través de mis lentes opacos, sorteando los agujeros de las pistas -¿Serán igual de grandes los agujeros que hay en su corazón?-, cantando un viejo huayno, una cumbia adaptada al charango, una canción que nunca escuché, una melodía que solo habita en su corazón.
Tal vez al recordarlos se me encoja el corazón y haga un mea culpa, y trate de arreglarlo todo, pero dios mío que puedo hacer, sus ojos, sus dientes, las miradas, las bolsas, los caramelos, los buses, los ruegos, los agujeros, su corazón, el mío. Desgraciadamente ya no puedo hacer nada. Nada.
¿Pero sus padres no tienen la culpa? Tal vez, pero en un país donde las familias mas pobres llevan 6 o 7 hijos a cuestas, la decisión de escoger a cual alimentar hoy a quien dejar con el estomago vacio. La culpa ya no viene a ser de ellos ¿Entonces del Estado? No, porque esto es algo en el cual el Estado no ha intervenido, ni ha hablado ¿Entonces? De cada uno, de cada uno de nosotros que no sabe lo que es una política de planificación familiar.
Los niños que vemos en las calles mirándonos tristes, agobiados, castigados por el sol, no saben realmente si sus padres los quisieron tener, ellos solo saben que mañana tienen que comer, y que al día siguiente tienen que ir a trabajar, y si tienen suerte a estudiar. Los niños son nuestra responsabilidad, no les niegues esa poca de esperanza que llevas en el bolsillo
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Este pequeño ensayo lo iba a presentar para un concurso que organizo mi academia, no lo presenté por que aun faltaba corregir.

lunes, 2 de noviembre de 2009

"Algunos dialogos curiosos"


-Haz leído alguna vez algún libro de autoayuda?
-Si
-¿Y en qué te ayudaron?
-La mejor ayuda que me dieron fue entender que los libros de autoayuda no te ayudan ¿Alguna vez haz leído a Borges?
-Ah?

*

-Alguna vez has besado a alguien tan feo como yo?
-Sí.
-¿Quién?
-Mi ex

*

-Desea agradecer a alguien por el premio.
-Claro
-Coja el micrófono y hable.
-Bueno –para todo el auditorio- Quisiera agradecer a todos los que hicieron posible este cuento: a mí, pero en especial a la mujer que creyó en mí y se encuentra acá, te quiero y gracias por acompañarme. Y a Cristian un profesor que me ayudo a corregirlo.
Luego.
-Te odio, faltaba muy poco para que toda la academia se entere que estoy contigo.

*

-Limpia tu cuarto, está hecho un desastre.
-Ya un toque… Uhmmm… Terminé!
-Ustedes tuvieron que ver algo –dice mi madre mirando la bolsa de avena.

*

-Profe ¿Por qué Sartre piensa que todos somos unos bastardos?
-Alumno, bueno… Uhmmm…Mira…
-Si profe tiene razón Sartre al decir que somos unos bastardos.

*

-Con ese cabello tan largo pareces Mariela Balvi, córtatelo hijo.
-Papá mira, ni creas que me he olvidado que a mi edad tu era hippie y fumabas hierba
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