martes, 19 de mayo de 2009

"De cuando Aldo visitó a Amapola" (FINAL)


Mañana regresas a Lima y en esta semana has visitado Ezeiza y el Centro de Buenos Aires, el Obelisco, te impresionaste de la cantidad de cafés que hay allá. Durante este tiempo por más que has querido no has podido dormir, la sola presencia de esa mujer a tu lado te a excitado, ha hecho que te masturbes durante su ausencia pensando en ella, pero no se lo decías, esperabas que ella tomara la iniciativa, si es que la toma, talvez quedes así de por vida, talvez regreses a Lima a seguir viviendo por Rebeca, quien por cierto no te hace caso aun y a seguido con todos esos hombres mayores a tí que le prometen todo lo que tú no tienes, dinero y felicidad.
Son las 5 de la tarde, Amapola no esta ha ido a su oficina, y debe llegar dentro 2 horas. Piensas: “Ojala no venga ese idiota que me golpeo por que esta vez no habrá Amapola que me agarre ni que lo salve”. Vas a la nevera y sacas algo para comer, un yogurt y una manzana no estaría mal
-He estado una semana, viviendo con Amapola, gratis y no puedo creer que no le haya hecho nada. Aun tengo algo de dinero, y lo gastare solo en ella, y ya se lo que haré.
¿Qué planeas Aldo? Tu mente es tan retorcida que podría esperar cualquier cosa de ti. Se abre la puerta.
-Hola, que tal el día?
-Medio, Salí de compras y puse algo en la nevera. Te tengo una sorpresa. Adivina
-¿Una sorpresa?
-Si
-No se cual podría ser.
-Ponte tu mejor vestido que nos vamos a cenar por mi último día acá en Argentina.
-Aldo no debiste.
-No, si debí. Es mi último día acá y me gustaría que la pases como se debe.
Amapola corrió a su cuarto emocionada, pues Aldo le había dado el mejor regalo que había recibido, uno que ni Martín, aquel chico que golpeo a Aldo y con el cual aun seguía enojada. Abrió el closet y saco un vestido negro con escote en la espalda que llegaba hasta la cadera, se maquilló y peino sus cabellos rubios, para salir al encuentro de aquel hombre que ansiosamente lo esperaba en la sala de aquel departamento argentino a miles de kilómetros de Perú.
-Estoy lista.
Al verla Aldo se quedo boquiabierto, sin balbucear una sola apalabra, sin decir nada, sin poder siquiera moverse. Tenia una diosa delante suyo, a un a Afrodita, a una musa de cabellos rubios y cuerpo torneado. Ella era Amapola tan bella como seductora, tan bella que lo tenía ahora a Aldo a sus pies. El dichoso escote lo tenía embobado. Si Aldo quería darle una sorpresa a ella, al final ella se la dio a él.
-Iremos a un restaurante peruano, cenaremos e iremos a bailar. Mañana tengo que ir a Lima temprano, pues el lunes tengo clases en la universidad, así que hay que aprovechar la noche.
-Ok, esta noche me dejare llevar y seré solo tuya, pero eso si, quela idea de irte a Lima mañana no esté en tu cabeza. No pienses en que mañana iras a Lima volver a ver a Rebeca, porque sé que aun piensas en ella, y no me lo quieras negar. Porque cuando te encontraba en línea solo me hablabas de ella.
-Ok, hoy seré solo tuyo
-Así me gusta.
Y así te gustaba, te gustaba que te dominen, pues como ahora lo hace Amapola, en su tiempo lo hizo Rebeca, aquella mujer a quien sigues viendo y estúpidamente sigues enamorado de ella, la sigues, las esperas, como si algún día te llegara a hacer caso. Nuca cambiaras Aldo.
El restaurante era lujoso, el dueño era un famoso chef peruano, pidieron una causa de entrada y de plato de fondo y un palto del cual aun te acuerdas el nombre: “Pez Diablo de Peñas Cercanas”, disfrutaron la cena y el vino, pero faltaba algo: El baile. Y para eso la mejor discoteca de Buenos Aires. Y aunque tú no sabias bailar, quería hacerla feliz y no regalarle la mejor noche, no solo regalarse a ustedes la mejor noche, vivirla como si fuera el ultimo día de sus vidas.
-Te adoro, me has hecho pasar el mejor día de mi vida –le dijo ella al llegar al departamento.
-Bueno, es lo mínimo que puedo hacer por ti ya que has soportado toda una semana, en la cual hasta he sido golpeado. Pero sabes, eso ya no importa, lo único que me importa es que la pase muy bien contigo, que me hiciste muy feliz, y que jamás te olvidare. Te lo juro, así me golpee la cabeza y pierda la memoria.
-Yo tampoco te olvidare. Pero no seamos fatalistas, nos seguiremos encontrando en el Messenger, y seguiremos chateando como antes. Este encuentro solo a servido para poder hacer eso que no hizo el Messenger, poder tocarnos –Amapola cogio a Aldo de la corbata y empezó a deshacer el nudo- y mirarnos sin que haya una webcam de pormedio.
Al terminar estas palabras Amapola terminó de deshacer el nudo de la corbata, y empezó desvestir a Aldo, quien sorprendido miraba como a hora Amapola empezaba a desabotonar su camisa. Pero Al eso era lo que realmente lo que querías, que ella tomara la iniciativa para poder empezar tú, pues era tan torpe que la única mujer con quien tomas la iniciativa es con Rebeca, aquella a quien le juras amor eterno mientras ella se besa con otro tipo descaradamente. Así era Amapola y no te sorprendas, pues acuérdate que ella hizo algo similar cuando te mostró sus senos por la webcam, y empezaste a masturbarte.
Y mientras Aldo callado esperaba que ella terminara de desvestirlo él la empezaba a tocar, a acariciar sus dorados cabellos, y mirar fijamente sus ojos verdes que lo hipnotizaban, que lo sometían a la voluntad de ella sin que él nada pudiera hacer, sin que él pudiera defenderse. Aldo estas perdiendo el control, pues ahora la estas besando. Besas sus delgados labios, besas sus senos duros y de pezones claros, besas su sexo. Pero es pasión, o amor, pues tu supuestamente tu estas enamorado de Rebeca aunque ella no de ti. Ya se que eso ahora no te importa, pero se conciente que no puedes mantener una relación con alguien que vive a miles de kilómetros de Lima, en una cuidad en la cual tu siempre quisiste vivir, pero no tenias los fondos suficientes, y tampoco los tendrás, pues lo que te pagan en el periódico es una miseria.
Te cuesta entrar en ella, pero finalmente te mueves, miras su cara de placer, su vientre plano, sus labios buscando alocadamente los tuyos, y aunque estas con los ojos cerrados sientes que puedes ver su cuerpo que tanto soñaste. La sientes estremecer, y a los pocos minutos te vienes. Te echas en la cama junto a ella, y cierras los ojos, pues mañana la dejaras, y te sentirás un idiota por dejas a tan bella sirena en esta cuidad de tiburones.
-Carajo ya es tarde mira la hora que es – dijo Aldo al ver su reloj- El vuelo sale a las10 de la mañana, ya son las 8. Ayudame a alistarme.
Te quedan pocas horas en Argentina así que ahora regresaras a tu mísera vida, de la cual nunca debiste salir.
El aeropuerto está igual que cuando llegaste, mojado por la lluvia matutina de un invierno bonaerense, lleno de gente con maletas. Por dentro la gente camina sin mirar a nadie, y tú, con Amapola al lado, ella inquietada esperando que tomes la decisión a última hora de no irte
-Creo que ya es la despedida.
-Bueno, te voy a extrañar
Aldo se despide de ella con un beso en la mejilla, pero ella voltea sui rostro, y lo besa en los labios. Esa es realmente una despida Aldo. Al abordar miras el aeropuerto por fuera. Es más bello con la lluvia, piensas. “Señores pasajeros Lan Perú les da la bienvenida y le anuncia que el vuelo Buenos Aires-Lima va a despegar. Buen viaje”
Aunque haya terminado la hisria aun queda un epílogo

5 Reacciones pervertidas:

Yo dijo...

Sorry Borther, pero que webon jajajaj

dos semnas espere pa que acabe asi???
Bueno no hubiera quedado bien con un final feliz...

Felicidades
te quedo bien

Omar dijo...

Bueno, un final feliz, siempre es bueno, pero hubiera preferido algo mas tragico.., algo mas dificil..de aceptar...!
Pero en fin, buena historia...!

Ya estoy soñando con mi propia amapola..!

Saludos.. Totales..

Noé Alvarado dijo...

:o es genial!!! traete a la mamita de amapola al peru :D

ta males se acabo!!!

Saku2 de NeO un individuo que aun sigue buscando a su amapola o a cualquier otra.....

Noé Alvarado dijo...

lo volvi a leer y me siento como cuando lei el final de harry potter....o cuando me entere que Natalia mando al carajo a Carlitos en el huerto de mia amada....

ta males....

G dijo...

No, nada que ver, ¿qué esperaban tus lectores?, ¿que se quede en Buenos Aires? El final está bien, es lo razonable que Aldo se regrese a Lima, de lo contrario todo se hubiese echado a perder.

Entretenido el cuento, amigo pervertido, y es que siempre es necesario una escapadita a un universo paralelo para poder seguir con la rutina y... las Rebecas.

¡Un abrazo!

 

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