domingo, 12 de octubre de 2008

"Cuidados intensivos"

Rebeca estaba como todos los días, parada en la puerta del hospital. Desde hace un mes, todos los días iba a visitar a Aldo, la persona que le salvo la vida en aquel accidente
Aldo y Rebeca siempre fueron buenos amigos, aunque aparentaban todo lo contrario, pues siempre discutían y peleaban, pero ninguno de ellos podía vivir sin el otro
Rebeca entraba por la puerta del hospital, veía a los vigilantes peleando por no quedar dormidos, la gente en silla de ruedas empujadas por personas que aparentaban ser sus familiares. Aldo en el cuarto piso. Cama 419. Al salir del ascensor vio a los padres de Aldo en la sala de espera, iluminados por un halo de luz. Aldo jamás se llevo con sus padres, por que lo tildaban de rebelde, una persona fracasada, y que no esperaban de el nada bueno en la vida. Rebeca saludo a sus padres. Rebeca era la única amiga de Aldo que iba a visitarlo a aquel insoportable hospital, pues a la semana dejaron de visitarlo sus amigos pensando que ya se recuperaría
Tras saludar a los padres de Aldo, los dejaba para dirigirse al 419. Los dejaba con los ojos hinchados y llenos de ojeras, pues el sufrimiento los mataba por dentro
-Hola, Aldo
Por mas entusiasta que fuera ella al saludarlo, el siempre se mostraba evasivo y triste, mirando hacia la ventana, mirando la puesta del sol, pero tras un pequeño intento de Rebeca para animarlo este se mostraba como antes legra y bromista
Aldo era el típico soñador, se creía escritor, aquel tipo que ante cualquier obstáculo en el camino, este mostraba una sonrisa al tropezar, un tipo adicto a los alcaloides como la cafeína y la marihuana. Adicción que todos ignoraban hasta el día del accidente al hacerle los análisis- encontrando cafeína y restos de marihuana en sus pulmones-. Pero ahora el postrado en una cama, sin poder moverse gracias a que sus piernas rotas no le responden. Solo le quedaba mirar a Rebeca la única persona que venia a visitarlo durante este largo mes. Pues las personas que solían ser sus amigos dejaron de visitarlo, pero Rebeca era distinta. Ella lo acompaño al hospital aquel día del accidente, en el que por salvarla de aquella combi que invadió la acera del paradero a la hora de salida salio disparada por el impacto varios metros, quedando inconsciente en el frío asfalto limeño. Según comentario que Aldo escucho luego, Rebeca corrió desesperada a recogerlo, en pocos instantes un mar de gente estaba rodeándola, mirando impávidos aquella grotesca escena. Escena en la cual Aldo y Rebeca eran protagonistas
-Tus padres están afuera. No piensas hablarles?
El seguía mirando hacia la ventana como si no hubiera oído nada, pero tras un largo silencio el dijo:
-¿Cómo están en el colegio?
-Bien. Nada ha cambiado. Todo sigue igual. Son unos traidores, ya ni se acuerdan de ti
-Era de esperarse de personas de ese colegio. Tú sabes lo que opino sobre ese “penal”
-Bueno, pero ya regresaras. O no?
-La verdad, no se. Me da igual si me quedo acá otro mes más. Total ya me acostumbré
-No digas eso, vas a salir muy pronto
Una tercera voz se unió a la conversación, era la madre de Aldo, aquella con la que discutió la misma mañana del accidente antes de ir al colegio para luego terminar tirado en la pista. Aldo seguía aun molesto con su madre, y solo profería palabras necesarias como… “pásame el agua” “llama al medico” o “déjame solo”. Así que cada vez que ella entraba Aldo trataba de evitar entablar cualquier conversación con ella...

1 Reacciones pervertidas:

Anónimo dijo...

asi es como te comportas com mosotros q somos tus amigos agrediendonos mediante tu escritura ¿no?

 

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